COMO HACER UN CONTRATO DE ALQUILER

Los contratos de alquiler celebrados sin la intervención de un abogado, notario, gestor o similar son perfectamente válidos ya que no deben ser redactados ni firmados por ningún profesional cualificado concreto.

Pese a lo anterior, siempre es recomendable, sobre todo cuando es la primera vez que alguien va a alquilar una vivienda como arrendador o como inquilino , la participación de un abogado especializado en alquileres tanto para redacción del contrato como para su revisión si el mismo ha sido redactado por alguien no especialista en la materia.

Las razones que sustentan la anterior recomendación son varias, destacando las siguientes:

• La Ley de Arrendamientos Urbanos vigente - en adelante LAU 1994 - adolece de serias lagunas que deben ser suplidas mayoritariamente por la aplicación del Código Civil y, en menor medida, por otras Leyes de igual o inferior rango jerárquico como, por ejemplo, la Ley de Propiedad Horizontal. La citada normativa es bien conocida por un abogado debido a su profesión.

• Es necesario conocer los derechos y obligaciones derivados de cada pacto plasmado en el contrato, pues aunque el contrato esté "bien hecho" en la práctica diaria surgen infinidad de conflictos entre arrendador e inquilino debido a la ignorancia sobre el alcance y efectos de lo pactado en el contrato. Es decir, tan importante es el contenido del contrato como un asesoramiento sobre los efectos y alcance de lo que vamos a firmar.
• En internet circulan innumerables modelos de contratos de arrendamiento que cualquier usuario puede descargarse o simplemente copiar su contenido. Hemos analizado muchos de esos contratos y en su mayoría hay alguna cláusula nula de pleno derecho o cláusulas con una redacción confusa, lo que irremediablemente conllevará a conflictos entre arrendador e inquilino.

Conclusión: pagar porque nos redacten el contrato y nos asesoren sobre nuestros derechos y obligaciones debemos verlo como una inversión para nuestra tranquilidad como casero o inquilino  y no como un gasto inútil.

Firmado: El equipo de AGF Abogados y Consultores.

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